acróbata

Sentirse plenamente capaz de mantener el equilibrio en su universo absurdamente delirante. Soportar inamovible el suspirar irracional del viento de ciudad, mantenerse como ambulante trapecista de anfiteatro de cristal, perseverante siempre cual funambulista sonámbulo sobre hilo de metal. Pretender, sin caerse, afianzarse frente a quien osa, con descaro, perturbar un sueño de circo. Figurarse, quiméricamente, malabarista de sentimientos.