quizás

Irracionalmente arrastrada, por veces, a tardes de parques de ciudad, dejándose caer en bancos vacíos de soledad, para deleitarse con palabras vagabundas de personas inquietas de tiempo despojado. Bajo seductora concomitancia teje, sin saberlo, horas en segundos, cual ridícula araña de clima tropical, enlazando recónditas sonrisas a palabras siempre en demasía cautelosas. Devorando el tiempo de este modo hasta que la silueta de las sombras se funde en abrazo con la hosquedad de la noche. Quizás nuevas tardes llegarán mañana.
como bailarina etérea de caja musical girando en sinfonía invernal, soñando en ángeles de alas negras de cristal, a pesar de todo y por favor, nunca dejen de volar...

ideas atropelladas

Por veces sentía como si su cabeza fuese un tiovivo de tropel disciplinado, rodando bajo el ritmo continuado de la misma idea. En esos momentos sentía el deseo irrefrenable de bajarse en marcha de sinuosa atracción pueril, convirtiendo esos elegantes caballos adiestrados en majestuosos animales alados que le permitiesen, por fin, plasmar el excéntrico carrusel de su teatro espiritual. Otras veces, la mayoría, sentía que nunca deberían cesar de girar...