sombras de vida

En ocasiones se detiene a pensar en oficios y profesiones, cuál sería el ideal, el realmente elegido. Sombrerero es, muchas de esas veces, la ocupación preferida, porque le gusta inventar con cada sombrero un personaje, dirigido cual marioneta por los hilos invisibles de su pensamiento. De siempre le gustó la huella que imprimen los sombreros al semblante de la gente, y la gente soñadora que se figura dar vida a los sombreros. En su devaneo se imagina rodeada de innumerables clases de sombreros, formas y colores, plenos de desasosiego, aguardando, ansiosos, a que alguien entre por la puerta y se los lleve. Recorrer mundo, vivir historias fuera de la caja de latón, impregnándose de personalidad, sin saber el destino que les aguarda conducir sobre esa silueta que cruza vacilante el umbral. Se despiden, los clientes, convencidos de haber elegido el más idóneo, ignorando por completo que en su tienda irreal no son personas que eligen sombreros, sino que ellas son las elegidas.

mañanas de invierno

Se levanta una mañana envuelta por la comedida luz en su ventana. Por un instante se para a escuchar el cadencioso sonido de la lluvia irregular. Es una secuencia eterno tiempo repetida que jamás se cansará de descubrir, el sabor predilecto de sus largos inviernos. Cobijada bajo paraguas generoso sale silenciosa a una calle desierta, pasea con ritmo sutil, reuniendo en cada pisada colores de lluvia que todo el mundo ve gris. Respira profundo y se siente recónditamente feliz de vivir en una ciudad de paleta de pintor.

aprendendo a camiñar

Contundentes tesoiras baixo man inqueda docemente guiadas. Corte decidido e delicado a un tempo, arriscado, ousado, trazando con suavidade o perfil requirido. Esas ás espesas de levidade, preparadas finalmente para repousar por tempo indefinido no máis fondo do baúl. Desexos desmesurados de camiñar o máis preto posíbel do temeroso chan, anudada á terra, carecendo por completo da máis mínima posibilidade de levitar. Ser capaz de conformar unha percepción adherida ao terreo. Non sentir endexamais a necesidade inmensa de recompoñer as ás, permitirse olvidalas, pensar tal vez en emprestalas, ten sido longa a viaxe. Decidida a sentir con plenitude cada unha das pedras do camiño, a esquecer o voo dos paxaros, mergullándose dunha vez no ata o de agora impenetrable... a sombría realidade.

cúmulo de circunstancias

¿Qué te pasa princesa? - dibujó en el aire con voz temerosa, sintiéndose responsable inmensamente de lo que había despertado.
Silencio desapacible invade por un instante el espacio de la respuesta. De su tierna mirada de miel comienzan a brotar dulces e inesperadas lágrimas saladas, como pétalos de flor, por el futuro incierto desbordada.
Sin quererlo ya lo ha dicho todo sin decir nada.