mañanas de invierno

Se levanta una mañana envuelta por la comedida luz en su ventana. Por un instante se para a escuchar el cadencioso sonido de la lluvia irregular. Es una secuencia eterno tiempo repetida que jamás se cansará de descubrir, el sabor predilecto de sus largos inviernos. Cobijada bajo paraguas generoso sale silenciosa a una calle desierta, pasea con ritmo sutil, reuniendo en cada pisada colores de lluvia que todo el mundo ve gris. Respira profundo y se siente recónditamente feliz de vivir en una ciudad de paleta de pintor.

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