descalzas voluntades

Caminar a través de vidas ajenas, sigilosamente de puntillas, como zapato en princesa de cristal, impregnándose a su paso de aromas de insólita pintura, trazando originales notas de pentagrama musical, difuminando sonrisas en papel carbón... Marcharse, como brisa helada, absolutamente consciente de no haber dejado rastro alguno de su tránsito, cual pasajero de cabriolé medieval en ciudad perdida. Sentirse, perdida, ante recónditos senderos en exceso enigmáticos.

No hay comentarios: